Beata Ana Eugenia, mujer eucarística



"Como Jesús ha escogido el pan, algo tan común, así debe ser mi vida, común... accesible a todos y, al mismo tiempo, humilde y escondida, como lo es el pan". Estas palabras de Eugenia brotan de una larga contemplación de Jesús, Pan de vida, entregado por todos. A esta contemplación Eugenia llega tras un largo y doloroso camino.

Nace en Crescenzago (Milán) el 8 de noviembre de 1867. El padre es un excelente músico de «La Scala» de Milán, ciego. La madre es una mujer frívola, que no ama a su marido, sino que prefiere el dinero, el éxito y los viajes. De Eugenia cuidan habitualmente los abuelos y encuentra a sus padres durante las breves pausas que se conceden entre una gira y otra, hasta que un día la madre vuelve sola, sin su marido, dándolo por muerto.

Eugenia, no sabrá nunca nada de su padre. Desde este momento la madre obliga a la hija a vivir con ella y con su nueva pareja, de la cual tendrá luego tendrá otros dos hijos. Eugenia crece en un ambiente irreligioso y moralmente malsano, teniendo que convivir entre los deseos mundanos de la madre que la quiere cantante famosa y con el compañero de su madre que la molesta y la fastidia frecuentemente.

«Peligros y ocasiones tanto en casa como afuera» dirá luego Eugenia recordando aquellos años de tribulación y aquel «instintivo» anhelo de orar, de mirar hacia arriba, en el silencio de la austera basílica de S. Ambrosio de Milán, donde cada día va a pedir ayuda a Dios, casi sin conocerlo. Hasta que una tarde de mayo de 1886, Eugenia siente dentro de sí la llamada a la santidad y desde aquel instante caminará con prontitud, fidelidad y constancia inquebrantables hacia la santidad.

A los veinte años Eugenia decide amar a Jesús y ser santa. Ingresa en la familia Religiosa de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María huyendo de casa. El 26 de agosto de 1888 comienza el noviciado y el 10 de junio de 1891 emite la primera profesión religiosa en manos del mismo Fundador. Hace la profesión perpetua el 1º de junio de 1894.

Simple y humilde, fiel y generosa, se entrega sin reservas a las alumnas del Colegio de las que es maestra de música, canto y francés; a las novicias de las que es madre y maestra; a las hermanas como archivista, Secretaria general y Consejera. En junio de 1911 es elegida Superiora general permaneciendo en el cargo hasta la muerte.

Mujer valiente, hace voto de cumplir con perfección serena y tranquila los deberes de Superiora y esto para cumplir la voluntad de Dios.

Animadora sabia y prudente de la Congregación de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, durante su gobierno desarrolla una actividad iluminadora y prudente para una organización definitiva del Instituto, proponiéndose cumplir las directrices transmitidas por el Fundador.

Para todos es madre, especialmente para los pobres, para los pequeños y para los marginados, a los que sirve con caridad generosa e incansable. Las necesidades y los dramas de muchos hermanos durante la gran guerra de 1915-1918 le abren aun más el corazón para acoger todo llanto, tanto dolor y toda preocupación social o privada.

Su principal apoyo, el eje vital de su vida interior y de toda la obra y trabajo apostólico es para Eugenia la Eucaristía, su gran amor, centro de piedad, alimento, consuelo y gozo de sus jornadas densas de oración y de fatiga.

Jesús le infunde su celo por la salvación de las almas, su deseo ferviente de llevar a todos a la Casa del Padre y es en su ardiente amor a Jesús donde se encuentra la explicación de su incesante actividad caritativa.

Muere el 7 de septiembre de 1921, luego de una larga y dolorosa enfermedad.


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Power Point Madre Ana Eugenia

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