Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en
Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a
Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.
Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.
Conoce al ingeniero Pedro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Juana y Pedro contraen matrimonio. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Juana da a luz a su primer hijo, Pedro Luis. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Juana armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.
En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Le recomiendan que aborte pero ella pone en primer lugar la vida de su hija. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a
Algunos días antes del parto, confiando siempre en
Ella decía: "No se puede amar sin sufrir o sufrir sin amor… ¡Miren a las madres que verdaderamente aman a sus hijos, cuantos sacrificios hacen! Están prestas para cualquier cosa, aun hasta dar sus propias vidas."
Juana comentaba: "¡Si supieras que diferente se juzgan las cosas a la hora de la muerte!... Que vanas parecen ciertas cosas a las que les dábamos tanta importancia en el mundo"
El 21 de abril de 1962 da a luz a Juana Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.
Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración.
Fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de
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